RELATO DE UNA MUJER ENAMORADA…

«Eran exactamente las 3:27am, y ella se despertó adormilada, abrió los ojos y los talló con sus manos. Estaba oscuro y casi no veía, se levantó de la cama y se quedó sentada esperando ver alguna prenda suya tirada, pero
no quiso prender la luz, se puso la camisa de él y camino de puntillas hasta el comedor sin hacer el más pequeño ruido para no despertarlo.

Ella tomó la cafetera y se hizo un café, como le gusta, obscuro,sin azúcar y terminando de hacer el amor.

Era extraño, ella nunca había experimentado está sensación, bailaba a mitad de la cocina y tarareaba alguna canción inexistente mientras se hacía el café…..Sonreía como loca.

Olía la camisa cada dos minutos y sonreía aún más, el olor de él se le impregnaba hasta el corazón. Y sé le dibujaba una sonrisa en el rostro, su cabello estaba despeinado, pero eso no impedía que se viera hermosa.

Al terminar de recordar una y otra vez la escena de hace dos horas. Se sonrojo, cerró los ojos y mordió sus labios, aún tenían ese rojo poco intenso y natural de sus labios.

Ella tomó la taza y se fue de puntillas a la habitación. Entró muy despacio, pero la puerta rechino, ella sé quedó estática y con los ojos bien abiertos.

Él jamás despertó (O eso creía ella), porque se volvió a acomodar, esta vez boca abajo y con las sábanas cubriendo su espalda. Ella se quedó mirando entre la puerta y la habitación, no supo si pasar completamente o regresarse a la cocina, lo miró durmiendo tan tranquilo, y soltó un gran suspiro
– ¡Seguramente parezco loca viéndolo así!

Se dijo ella misma y en voz muy baja, pero no dejaba de mirarlo ahí parada con el café en la mano.
Se escuchó un pequeño ronquido, y ella se echó a reír, un poco más fuerte, pero tapó su boca con su mano.
– ¡Ronca como niño cansado de jugar! Pensó.

Una sonrisa se dibujó en sus labios, ella tomó un sorbo de café y tocó su boca, muy despacio y con la punta de los dedos recordando la sensación de sus labios rozando los de él, con la misma mano, bajó al cuello y recordó como lo besaba y acariciaba hace dos horas y 15 minutos.
Bajó un poco más por el pecho sin sostén y entre abrió la camisa que le pertenecía a él hace unas cuántas horas y que ella se la había quitado, botón por botón, beso con beso.

Bajó hasta su abdomen donde él tocaba, besaba y mordía ansioso y con más fuerza….

Para esas alturas estaba tan húmeda como lo había provocado hace unos instantes con toques suaves y fuertes. Con manos inquietas y movimientos fuertes…..

Ella dejó el café en el buró. Y caminó tan sensual como necesitada hacia la cama…..

Subió cautelosa, pues sus ganas no le ganaron a su sutileza y ternura. Al llegar a él, besó su espalda muy suave…. para subir poco a poco por su oído, dónde le susurró «amor»…. con una voz tierna, aunque él ya sabía qué quería.

-¿Otra vez?
– Le contestó él volviéndose hacía ella.
– Ella contestó ansiosa y tímida ¿Puedes? – Dijo subiéndose en sus piernas y jugando con las puntas de su cabello.
– ¡Sólo si está vez me invitas de tú café a media noche….. Ah y si me dejas de ver como asesina serial mientras duermo a mitad de la noche!.
-Soltó él entre risas, poniendo una de sus manos en la nuca y la otra en las caderas de ella. Ella soltó la carcajada y se tapó la cara sonrojada
-¿Te diste cuenta?
-Si, eres ruidosa al hacer café….. y al hacer el amor
– Le dijo con voz más seria y poniendo su otra mano en la pierna dejándola sentir lo despierto que estaba.

Ella arriba y enamorada le dijo

– El café es tuyo y yo también. «💋💕

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